¿Justicia para cuándo?

Por: Norman Mesa Lopera.

Ya ni siquiera el tema es que la justicia falle a favor o en contra de Jesús Santrich…ya el tema es que se falle, que se observe un accionar coherente, sincronizado y armónico entre las instituciones que tengan -como decimos coloquialmente- velas en el entierro. Venimos presenciando hace rato,  que la JEP no conoce bien el resorte de sus competencias aplicables a ese caso, y entonces entran a terciar la Corte Suprema de Justicia, la Procuraduría, y hasta el jefe natural del poder ejecutivo que es el Presidente de la República, cada uno reclamando la partecita que cree que le corresponde, creando un mar de confusiones que al trasladarse al pueblo colombiano, lo que logra es la pérdida de credibilidad en su clase dirigente apostada en las tres ramas del poder público.

Por aquel “quizás, quizás, quizás”  a la pregunta de un periodista español sobre si las Farc estarían preparadas para pedir perdón a sus víctimas, Jesús Santrich cobra un valor preponderante y lo convierte en icónico para la sociedad colombiana muy por encima de aquella cúpula del desarmado grupo ilegal. Tal vez por eso, y no por cosa distinta es que se esperaba más contundencia de la justicia, para resolver el caso en menos tiempo.

No tendrá la JEP en el corto y mediano plazo, oportunidad mejor para conquistar la fe del colombiano común y corriente, en especial la de las víctimas, para saber a esa figura judicial realmente comprometida con hacer justicia sin menoscabar la implementación de los acuerdos de La Habana.

Puede que las redes sociales no sean elemento científico creíble para calcular el sentimiento generalizado, pero sí evidencia una desazón moral colectiva, que ya comienza a que términos un poco abstractos para el común de los ciudadanos como “conmoción interior”  y “constituyente” se incluyan en las conversaciones de calle. A eso, que muchos le temen, es a lo que queda abocado un pais que no le crea a sus instituciones, especialmente las llamadas a hacer justicia.

No tiene presentación el titular de prensa de El Espectador: “Se aclaran las funciones y competencias de la JEP”: Patricia Linares, aparecido el 1 de junio de 2019, cuando ese organismo lleva operando 2 años y medio, razón de más para creer que algo no está funcionando bien.

La paciencia, que no es propiamente una virtud del colombiano empieza a agotarse, y hay semáforos entre amarillo y rojo dando un compás de espera para que nuestras instituciones muestren que tienen a los mejores elementos humanos para producir hechos concretos de justicia, y no para darse pantalla barata en medios de comunicación, pues de no ser así, habrá qué decir: “tengámonos de la brocha que la escalera va pa’ abajo”