Una historia que estremece a todo Quibdó y que hoy recorre las redes sociales con el corazón en la mano.
Alexander Molina de la Osa, fue asesinado en pleno centro de la ciudad de Quibdó, a plena luz del día, el pasado sábado. Pero más allá de la tragedia de su muerte, hay un lazo humano que hoy duele aún más: la joven mujer con discapacidad visual que fue su compañera inseparable durante años.
Ella no podía ver, él no podía caminar.
Ella lo empujaba y él la guiaba. Juntos enfrentaban la vida con amor y valentía. Hoy, con su partida, ella quedó sin quien le indique el camino. Un cartel en su despedida lo resumió todo con una frase que ha tocado fibras en miles de corazones.
Sí, a él lo asesinaron y a ella la dejaron sin los ojos para caminar.
Esta no es solo una historia de dolor, es el reflejo de una ciudad que clama justicia, de una comunidad cansada de la violencia que ya parece haberse vuelto parte del paisaje. No hay respeto ni por las personas con discapacidad.
Familiares, amigos y ciudadanos de Quibdó levantan la voz y piden justicia. Que este crimen no quede en el olvido. Que la muerte de Alexander no sea una estadística más.
Que el país la conozca. Que las autoridades actúen. Que la violencia no nos robe más vidas ni más historias de amor y lucha.