112 niñas, niños y adolescentes fueron beneficiados por el programa ¡Hey, lleguen, vamos a jugar limpio y en paz!, entre marzo de 2024 y febrero de 2025, en Quibdó, Chocó.
La alianza entre FIFA Foundation y Aldeas Infantiles SOS se extenderá hasta finales de 2026 en Quibdó y llegará a Tumaco, Nariño en el mismo año.
El fútbol es la herramienta para que las niñas, niños, adolescentes y sus familias fortalezcan su desarrollo social y familiar, entre otros.
Nariño, agosto, 2025 – Aldeas Infantiles SOS Colombia y FIFA Foundation celebran el éxito del proyecto “¡Hey, lleguen, vamos a jugar limpio y en paz!” implementado en Quibdó, Chocó, y anuncian su renovación hasta enero de 2026, además de su expansión a Tumaco, Nariño en el 2026.
El juego, y en especial el fútbol, tiene un enorme potencial como herramienta educativa para fortalecer el desarrollo emocional y social de niños, niñas y adolescentes. Gracias a la implementación exitosa de este proyecto, que concluyó en febrero de este año con resultados muy positivos, su ejecución fue ampliada para seguir fomentando espacios seguros y enriquecedores para la niñez.
En esta nueva fase, la iniciativa llegará por primera vez al departamento de Nariño, para ampliar su cobertura territorial y reafirmar su apuesta por el bienestar integral de las familias a través del juego y la participación comunitaria.
El proyecto se implementa desde mayo de 2025 e irá hasta diciembre de 2026, enfocándose en tres líneas principales: fortalecimiento de capacidades en niños y adolescentes a través del deporte, fortalecimiento familiar para la protección infantil, y fortalecimiento de las redes juveniles a partir del uso del deporte.
Durante su primera fase, el proyecto impactó a 112 niñas, niños y adolescentes a través de más de 128 encuentros deportivos entre marzo de 2024 y febrero de 2025, donde el fútbol fue la herramienta para fortalecer capacidades de autocuidado, protección, liderazgo, comunicación asertiva, gestión de emociones y resolución de conflictos en los participantes.

Las prácticas deportivas, realizadas dos veces por semana, se complementaron con sesiones de formación orientadas al desarrollo integral y actividades lúdicas y culturales “fuera de la cancha”, lo que permitió romper brechas de género en el fútbol y fomentar la participación de niñas y adolescentes en los encuentros deportivos. “Este proyecto con FIFA Foundation nos ha permitido llegar a más niños, niñas y adolescentes a través del fútbol, y por esa vía acercarnos también a sus familias, identificando necesidades de apoyo y desplegando acciones de fortalecimiento familiar que redundan en beneficio de todos ellos” afirma Esteban Reyes, director nacional de Aldeas Infantiles SOS.
“Me gustan mucho las actividades, pero lo que más me ha gustado es que he podido hacer nuevos amigos, conocer muchas personas y lo que he podido aprender: ser tolerante, responsable y trabajar en equipo”, comenta Sol Dannesy, una de las participantes del proyecto.
“El proyecto me gustó mucho porque nos dieron la oportunidad de jugar a los más pequeños; antes en la cancha solo jugaban los grandes y a nosotros los pequeños no nos dejaban jugar”, comenta Jhojanier, de 8 años, uno de los participantes del programa, quien ha encontrado en el fútbol no solo diversión sino también un espacio de aprendizaje y desarrollo.
Paralelamente, 112 padres, madres y cuidadores participaron en la “escuela de cuidadores”, fortaleciendo sus capacidades en protección, crianza positiva y cuidado. “Michel Y Nahiara son nuevas en este barrio, pero con este proyecto, ahora tienen muchos amigos. Los días de encuentros, los amigos que tienen cerca pasan a buscarlas; se van juntas. A mí me gusta verlas así felices y haciendo algo que les gusta”, comparte Eida Palacios, madre de dos participantes.
El proyecto también involucró a 20 actores locales en cuatro formaciones sobre liderazgo comunitario, derechos de los niños, tipos de violencia, rutas de atención y prevención del uso de sustancias psicoactivas y bullying, realizadas entre agosto y diciembre de 2024.
“Antes no me gustaba el fútbol, pero participar en el proyecto me permitió reconocer habilidades que no sabía que tenía, como el de atajar en mi posición de arquera; me encanta, soy buena”, comenta Lesly Masiel, de 12 años, evidenciando cómo el proyecto no solo ha creado espacios seguros, sino que también ha fortalecido la autoestima y el desarrollo personal de los participantes.
“Mi mamá se siente tranquila cuando estoy en las actividades del proyecto, porque sabe que es un espacio seguro para mí. Sería genial si todos los días tuviéramos la oportunidad de tener espacios así”, añade Francis David, de 13 años.