Estudiantes, no se rindan.

Estimados alumnos: Sé que durante este semestre académico van a trabajar incansablemente para lograr los objetivos propuestos, y espero que así sea. Todos deben comprometerse consigo mismo para esforzarse cada día más, para no desfallecer, para ganar, y que el triunfo sea el fruto de sus esfuerzos; así, en el futuro nadie les echará en cara que alguna vez les regalaron algo sin merecerlo.

Sepan todos que la educación, los estudios, el logro de los objetivos propuestos son como una carrera de competencia donde cada día hay que entrenar, prepararse, estudiar y solo la ganan los mejores. Como dicen ustedes: ¡los que la tienen clara!

Entiendan que en el proceso por obtener un título universitario hay momentos de alegrías y de tristezas, de triunfos y de derrotas, de sueños y frustraciones, pues de eso yo doy fe. Un día les irá bien y otro día de pronto no tanto, pero tienen la obligación de seguir adelante, de esforzarse cada día más, de no desfallecer, de dar lo mejor de sí hasta que llegue el día de la graduación; y cuando ese día llegue no crean que son mejores que aquellas personas que no han tenido la oportunidad de estudiar en una universidad.

Pues en ese momento ustedes tan solo han adquirido más educación, más conocimientos: un diploma, y eso los obliga siempre a ser más humildes, a ser mejores personas y a definir con principios éticos y valores todas las metas que quieren lograr en la vida, y eso depende de cada uno de ustedes. Y recuerden la declaración de George Washington Carver, según la cual “Hasta dónde quieres llegar en la vida depende de que 1) seas amables con los niños, 2) pacientes con los ancianos, 3) comprensivo con los que sufren, 4) tolerante con el débil y con los fuertes, porque en algún momento de tu vida habrás sido todo eso”.

Sean generosos y comprensivos con los demás, y agradézcanle a su Dios por todo lo bueno que ha sido con ustedes, al igual que a sus familiares y amigos y, sobre todo, sean agradecidos con la vida y con quienes hicieron posible ese título, especialmente con la Universidad que los tendrá como sus egresados insignes, como sus mejores embajadores ante la sociedad, ante el mundo.

Los invito a que no olviden el principio de buena fe, la presunción de inocencia y el debido proceso, todo lo cual deben tener de presente en sus actuaciones, tanto públicas como privadas. Eso les evitará “dolores de cabeza”.

Yo por mi parte, los recordaré como mis mejores estudiantes, los tendré en mi mejor concepto, como el del “buen padre de familia” que siempre quiere lo mejor para sus hijos; espero que superen a sus maestros, incluyéndome a mí, con carácter, disciplina, principios y valores para que entre todos contribuyamos a construir un mundo mejor, para las futuras generaciones. ¡Éxitos para todos!

Por. Guillermo Ricard Perea.

Docente Facultad de Derecho.

Universidad Tecnológica del Chocó “Diego Luis Córdoba”

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