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Opinión

Harrinson Mosquera presidente de la asamblea del Chocó murió en desplazamiento forzado de salud en busca de un tercer y cuarto nivel de asistencia en salud en Cali.

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Mártires referentes de la salud en Chocó

Chila Rojas (Ex alcaldesa de Bajo y Medio Baudó)

Heandel Rentería (Médico del Hospital San Francisco)

Harrison Mosquera (Presidente de la Asamblea de Chocó)

Muertes de Estado.

Por: Jhon Jairo Mosquera Ibargüen

[email protected]

El Chocó uno de los  departamentos pobres de Colombia con más de  534.826, habitantes inconclusamente mal contados por el DANE, ubicado  en la esquina promisoria del continente Americano, con tres ríos navegables que cursan a los océanos pacífico y atlántico, que  solo inspiran a los niños  rivereños a el juego con barcos de papel que tiran aguas abajo rumbo a otros países de un destino imaginario, lógica que utiliza la inteligencia del narcotráfico y grupos al margen de la ley ,en el desarrollo económico de equipamiento de su industria ilegal, así como el sostenimiento bélico criminal.

Pensamiento inverso en la percepción del Estado Colombiano que no ve la importancia de la Región Pacifico y atlántica (Chocó), para el desarrollo económico de la Nación.

Pero en este accionar de guerra  entre unos y otros, los habitantes de la región son desterrados y, desplazados de sus territorios, quienes allí vivimos somos testigos de ello, hoy como si fuera poco afrontamos un nuevo enemigo multilateral, el Covid-19, que amenaza a los Chocoanos después de sufrir el desplazamiento bélico de la guerra diaria con asesinatos, cadáveres de líderes sociales flotando aguas abajo en los ríos, familias enteras cruzando istmos y montañas para llegar a Quibdó huyéndoles al plomo y, multiplican los cinturones de desplazados en la capital Chocoana.

Ese desplazamiento se extiende hoy al sistema de salud del Chocó donde sus habitantes salen desesperados a otras ciudades en busca de atención medica al no encontrar en su territorio un adecuado y digno servicio de salud cuando lo requieren, los 534.826 Chocoanos, que solo reciben la inversión destinada por ley del sistema general de participaciones por los entes territoriales, los cuales se ven afectados por el sistema de corrupción.

El temor de morir sin tener asistencia médica en niveles tercero y cuarto de complejidad por falta de inversión del Estado, obliga a un desplazamiento forzado a otras ciudades como Pereira, Bogotá, Medellín y Cali porque en Chocó solo existe un Hospital de segundo Nivel en mal estado, y en los municipios hay solo centros de salud con un médico rural.

Por eso Harrison Mosquera, al ser contaminado de Covid-19 en Quibdó por su titánica labor en defensa de los más desprotegidos como diputado de la asamblea del Chocó viajo a Cali, en busca de un mejor servicio de los niveles 3 y 4 en salud  que no existen en la capital Chocoana, pues  buscar atención allí es la condena de sentencia de muerte, como semanas atrás sucediera con el deceso de la ex Alcaldesa de Bajo y Medio Baudó María Cecilia Rojas Palacios, y el Medico Heandel Rentería del Hospital San Francisco de Asís, quien también falleció trasladado  a la Ciudad de Medellín, ellos no consiguieron atención adecuada en su territorio al igual que Harrison el presidente de la asamblea integran el mosaicos de muertes del estado en el Chocó.

Los muertos desplazados del sistema de salud en Chocó se convierten en nuestros referentes mártires que dieron sus vidas en defensa de los derechos a la salud y una vida digna exigiéndosele a el Estado Colombiano la prestación de servicio de salud del pueblo Chocoano que integra una red pública en las diferentes subregiones del Departamento que dispongan de construcción, dotación de hospitales de 1,2 y 3 nivel con talento humano que brinde un adecuado servicio de salud, que ya no sea la crónica de muertes anunciadas.

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