La UBPD entregó dignamente los cuerpos de Nicolás y Nancy a dos familias que, tras 13 años de incertidumbre, lograron despedir a sus seres queridos.

La UBPD entregó dignamente los cuerpos de Nicolás y Nancy a dos familias que, tras 13 años de incertidumbre, lograron despedir a sus seres queridos.

En 2025 la UBPD realiza la entrega digna de Nicolas Sierra Espitia y Nancy Luz Álvarez Gómez a sus familias, ambos pierden la vida en 2012 durante el conflicto armado en Bojayá, Chocó y sus cuerpos fueron inhumados en el cementerio de Apartadó, Antioquia.

Nuevo Belén de Bajirá, Chocó, 16 de octubre de 2025 || Reunidos en una iglesia cristiana, unas 35 personas compartían rasgos físicos similares. Algunas más altas que otras, pero todas con una misma mirada de esperanza. Se trataba de la familia de Nicolás Sierra Espitia, quien salió de su casa a los 14 años y, a los 26, su familia perdió todo rastro de él.

Con los años, la familia creció: sus doce hermanos y hermanas formaron sus propios hogares, pero siempre, a cada nuevo integrante, le contaban que antes de que llegaran al mundo existió un niño muy divertido, que se ponía a llorar y declaraba una huelga de hambre si su padre no le daba el último bocado de su comida. Todos recordaban a Nicolás con cariño y muchas anécdotas durante la ceremonia de entrega digna que desarrolló la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, en el municipio de Nuevo Belén de Bajirá, en el Chocó.

“En el último momento en que vi a mi hermano, me acuerdo que llegó una mañana. Pasó todo el día con nosotros. Él se fue con la esperanza de volvernos a ver. Pues, hasta esta altura, nunca más volví a ver a Nicolás. Pero recuerdo perfectamente su rostro. Y no es solamente recordar su rostro, sino que también en mi corazón guardo un espacio para él”, manifiesta Carlos Sierra Espitia, hermano de Nicolás.

A unos veinte minutos de allí, en la comunidad de paz Las Camelias, municipio de Carmen del Darién, la familia de Nancy Luz Álvarez Gómez recordaba a la niña que, a los doce años, fue alejada de su hogar. Aunque en ocasiones ella enviaba fotos que mostraban su paso de niña a mujer, dejaron de tener noticias suyas cuando, al igual que Nicolás, tenía 26 años. Estos recuerdos se compartían durante la noche de velación del cuerpo de Nancy, pues su familia solicitó a la UBPD despedirla dignamente de acuerdo con sus creencias religiosas: una velación acompañada de una misa católica junto a toda su comunidad.

En 2012, Nicolás, Nancy y cuatro personas más murieron en el marco del conflicto armado en zona rural de Bojayá, Chocó. Sus cuerpos fueron llevados al municipio de Apartadó, en Antioquia, donde se les practicó la necropsia y luego fueron inhumados como cuerpos no identificados en el cementerio central de este municipio. En 2021, familiares de algunas de estas personas dadas por desaparecidas se entrevistaron con funcionarios de la UBPD para exponer su caso y, gracias a la investigación humanitaria, en 2024 la Unidad de Búsqueda realizó una intervención en ese lugar y recuperó los cuerpos de quienes podrían ser Nicolás y Nancy, en las bóvedas B60 y B63, respectivamente, del Pabellón Ángel de Mi Guarda

A los cuerpos recuperados se les realizó un procedimiento de verificación para confirmar que coincidían con los exámenes de necropsia. Esto consistió en comparar la información de la necropsia con las características observadas en las estructuras óseas. Una vez confirmada la coincidencia, se tomaron muestras óseas y dentales para analizar el perfil biológico. Luego, otras gestiones humanitarias determinaron que los cuerpos recuperados por la Unidad de Búsqueda correspondían a Nicolás y a Nancy.

La ceremonia de entrega digna de Nicolás continuó tal y como su familia había pedido: primero, un culto en honor a su vida; luego, la entrega de la verdad a la familia, mostrando las partes recuperadas de su cuerpo. Algunos participantes dejaron mensajes de amor para Nicolás en una tela blanca que simbolizaba el cierre de un ciclo. Al final del día, hicieron una caminata hasta el cementerio de Nuevo Belén de Bajirá. Allí, su madre, la señora Emilia María Espitia Hernández, miró el lugar donde su hijo sería inhumado y, con gratitud, dijo: “Abajito, donde va a estar mi hijo, enterramos hace unos meses a mi hermana. Ahora van a estar juntos”. Su tono de voz dejó claro que, para esta familia, estar unidos lo era todo.

Al otro lado del río Atrato, la familia de Nancy solicitó a la Unidad de Búsqueda que, al terminar la ceremonia católica —la cual fue acompañada por la comunidad de paz y por integrantes de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz—, se compartiera una olla comunitaria como gesto de agradecimiento por el apoyo y la empatía recibidos. Niños, niñas y adultos se unieron a la despedida de Nancy. Sin importar el medio de transporte, buscaron la manera de llegar al cementerio de Llano Rico, a 45 minutos de su comunidad: algunos en moto, otros en carro, y jóvenes intrépidos apiñados en motocarros.

Antes de despedir a Nancy, la comunidad rezó un rosario, compartió palabras de reconciliación y una leve lluvia alargó un poco más el momento a su lado; al escampar, Nancy fue inhumada al lado de donde hoy descansa su madre.

“Estas acciones humanitarias reflejan el compromiso que tiene la Unidad de Búsqueda con las familias buscadoras. Estas entregas dignas se dan en el marco del Plan Regional de Búsqueda del Bajo Atrato, en sinergia con los planes del Alto y Medio Atrato y del Eje Bananero. Es un trabajo que se ha hecho de manera interterritorial, donde varios grupos internos nos hemos articulado para lograr responder a las preguntas: ¿dónde están las personas desaparecidas y qué les pasó?”, refiere Luisa Fernanda Gutiérrez Rodríguez, funcionaria de la UBPD.

Este esfuerzo es parte de una acción humanitaria que busca garantizar el derecho a la verdad y a la memoria en el contexto del conflicto armado en Colombia. Por esto, se invita a todas las personas que tengan familiares desaparecidos o información que permita encontrar a una persona desaparecida a que se comuniquen a la línea telefónica 316 284 2561. La búsqueda nos une.