Conéctate con nosotros

Destacadas

Leyner Palacios entre los nominados al premio nacional de Derechos Humanos.

A Leyner Palacios le brillan los ojos recordando su encuentro con el Papa en Villavicencio. Un día antes de la reunión, el defensor de derechos humanos había llegado a la capital del Meta, proveniente de Chocó, trayendo consigo el símbolo de la tragedia ocurrida en su tierra natal hace quince años: el Cristo negro de […]

Published

on

A Leyner Palacios le brillan los ojos recordando su encuentro con el Papa en Villavicencio. Un día antes de la reunión, el defensor de derechos humanos había llegado a la capital del Meta, proveniente de Chocó, trayendo consigo el símbolo de la tragedia ocurrida en su tierra natal hace quince años: el Cristo negro de Bojayá, a quien el obispo de Roma dedicó una oración que marcó un punto culmen de su viaje apostólico por Colombia.

“Oh Cristo negro de Bojayá,

que nos recuerdas tu pasión y muerte;

junto con tus brazos y pies

te han arrancado a tus hijos

que buscaron refugio en ti.

Oh Cristo negro de Bojayá,

que nos miras con ternura

y en tu rostro hay serenidad;

palpita también tu corazón

para acogernos en tu amor…”

El 2 de mayo de ese año al menos 74 personas murieron en la iglesia del municipio chocoano, en medio de un combate entre las FARC y un comando paramilitar, después de que una pipeta de gas lanzada por la guerrilla impactara el inmueble, a donde habían ido a buscar protección.

Leyner perdió ese día a 32 miembros de su familia. Según él, con su mirada detenida sobre la imagen del Cristo mutilado, el Papa le habla a todo un país de la necesidad de mirar las heridas que la violencia ha dejado entre los colombianos; no para paralizarse con el dolor, sino para dejarse interpelar por una serie de tareas pendientes, bien descritas en la segunda parte de la oración:

“Oh Cristo negro de Bojayá,

haz que nos comprometamos

a restaurar tu cuerpo.

Que seamos tus pies para salir al encuentro

del hermano necesitado;

tus brazos para abrazar

al que ha perdido su dignidad;

tus manos para bendecir y consolar

al que llora en soledad.

Haz que seamos testigos

de tu amor y de tu infinita misericordia”.

A Leyner le tocó madurar biche y dedicarse en las últimas dos décadas a defender la vida de su pueblo, victimizado no solo por cuenta de la guerra, sino también debido al abandono estatal. Hoy tiene 41 años y la mitad de su vida se la ha pasado reclamando, junto a los suyos, que el único Estado conocido para el atrateño ha sido aquel que no ha estado, aquel que ha incumplido sus obligaciones en materia de salud, de educación, de vivienda y de una seguridad integral.

En el marco de los diálogos de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, la comunidad de Bojayá asumió una actitud de generosidad que acrecentó ante los ojos de los colombianos su dignidad, al aceptar recibir la solicitud de perdón por parte de la guerrilla, en relación con los hechos de 2002, que involucraron, por acción y omisión, también, a agentes del Estado. Pastor Alape, uno de los líderes de las FARC llegó al municipio en diciembre de 2015 para uno de los actos que marcaron el desarrollo del proceso de paz.

Meses atrás, Leyner había viajado a La Habana como parte del conjunto de víctimas que le pidieron en Cuba a ambas partes que no se levantaran de la mesa sin haber llegado a un acuerdo definitivo que abriera caminos hacia la paz. Éste incluiría, más tarde, un capítulo étnico, fruto y conquista de la lucha de las organizaciones afro e indígenas de Colombia. Sin embargo, mientras otros elementos de lo pactado en La Habana están hoy en la agenda de la implementación, hay quienes, como Leyner, denuncian que lo acordado en el capítulo étnico se está quedando rezagado.

Para que Colombia llegue a ser un país diferente no basta con el silencio de los fusiles ni con garantías de participación política para algunos sectores, si no se superan las condiciones históricas de injusticia impuestas a buena parte de los colombianos. Según afirma, en un Estado Social de Derecho no debe haber lugar para nuevas historias de victimización.

El encuentro entre Vida Nueva y el líder chocoano se dio durante un conversatorio llevado a cabo en la Universidad Javeriana, en vísperas de la entrega del premio nacional de Derechos Humanos, al cual Leyner fue nominado, entre otras personas comprometidas con la construcción de paz. El galardón será entregado el 19 de septiembre en horas de la mañana.

Fuente. EV – Vida Nueva Digital.

Desde El Baudoseño estaremos a la expectativa de todos los detalles de la entrega del premio.

De interes