Conéctate con nosotros

Destacadas

¿Quién da más?

Published

on

El formato de financiación de campañas está hecho para que ser corrupto no sea una opción, sino una obligación por las circunstancias. Estamos a las puertas del inicio formal de las que han de entregarle al país un contingente nuevo de autoridades locales y regionales y el panorama es que ya muchos precandidatos han tendido que “invertir” recursos para ir ganando peso de cara a la obtención de un aval…y falta que llegue al tarjetón para la final, y ahí sí tendrá que apostar al todo o nada, pues los llamados pueden ser muchos, pero los escogidos pocos.

Eso lo sabemos todos, lo sabe el gobierno, lo saben los organismos de control fiscal, disciplinario y judicial,  lo saben los medios de comunicación, lo saben las organizaciones políticas y también los que se asoman  a ver si de pronto se instalan en esas dignidades.

Ahora mismo, y cual si el evento que se avecina fuera una feria  están rondando por todas las poblaciones, contratistas de obras civiles, y también proveedores de productos y servicios, y están calculando los “gallos” con mejor promesa de ganar, y ese será el primer ítem para resolver cuánto apostarle, pues otra arista que resuelve esa incógnita es saber el presupuesto que pueda manejar esa entidad territorial, durante el  cuatrienio venidero, para calcular las posibilidades del “retorno de la inversión” y el riesgo mismo.

No nos llamemos a las mentiras: así fue, así es, y así será mientras el estado no se resuelva por entregar de manera anticipada -con las condiciones del caso- los recursos a los directorios políticos con vigencia electoral para que sus candidatos  financien las tareas propias de las campañas, y claro está, crear una auditoría especial pues a simple vista nadie creería que las organizaciones políticas son lo suficientemente solventes en lo moral, para hacer buen uso de esos recursos.

Hoy, de las miles de personas que se proponen para gobernar desde el ejecutivo o desde Concejos y Asambleas, muy pocas cuentan con los recursos económicos para financiar su faena política desde su propio bolsillo, así que como quedó escrito antes, hipotecar los recursos que van a manejar, pareciera ser la solución, con las atrocidades morales y éticas que se puedan venir durante el ejercicio de gobierno, y con la seguridad misma de no poder entregar, vía obras civiles o inversión social, todos los recursos a las comunidades que los prefirieron.

¡Que viva Colombia!…así es, así funciona este negocio de la política, así que asomarse exige de quien lo haga, renegar de sus propios valores y meterse al baile, y al hacerlo, bailar con quien toque, y al ritmo que el que tenga el dinero quiera, y parte sin novedad.

Si…en Guanteros esa realidad duele.

Por. Norman Mesa Lopera

De interes