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Opinión

Ufff, como nos duele el Baudó…!

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Ufff, como nos duele el Baudó…!

Por: Yesid Francisco Perea Mosquera.

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Como consecuencia de la ola invernal desatada en todo el territorio nacional, algunas regiones de nuestro departamento se han visto golpeadas seriamente por las lluvias, las cuales, a pesar de ser un común denominador en nuestra región, han sido especialmente violentas en la zona del Baudó, generando grandes inundaciones, lo cual trae consigo pérdidas de cultivos de pan coger, agriculturas variadas, animales domésticos, viviendas e incluso, la pérdida de vidas humanas.

Solo la experiencia de los habitantes de esta parte del Chocó ha evitado que, en el caso de las muertes por inmersión, el número de decesos no haya sido superior; pero está claro que la situación, especialmente en el Municipio del Alto Baudó, se ha tornado terriblemente compleja.

Es importante precisar la cantidad de ríos que bañan a este último ente territorial, a los cuales se suman caños y quebradas, haciendo muy compleja la situación en la región del Baudó.

En este Municipio, cuya cabecera es Pie de Pató, aparecen grandes ríos, entre los cuales podemos destacar el Dubasa, el Catrú, los dos con una población de entre 12 y 15 mil habitantes indígenas en su mayoría, según mis fuentes; también está el río Nauca, el Cugucho, el Ampoá, y desde luego, el propio río Baudó. Las lluvias provocadas por la ola invernal mencionada han generado grandes inundaciones, tal como lo han mostrado las imágenes, trayendo como consecuencia, entre otras cosas, la pérdida de viviendas, las cuales vimos derrumbarse con una especie de narración que hacía un habitante del sector, lleno de tristeza porque, con la caída de esa vivienda, se iban los esfuerzos de toda una vida de sus propietarios.

No es común ver inundaciones que sobre pasan el techo de una vivienda, llegando sin dificultad al segundo piso de la misma, cuando, por costumbre, las casas son construidas con suficiente altura para evitar o al menos diezmar, el sofocante calor; en otras palabras, estamos hablando de varios metros de altura, si tenemos en cuenta que normalmente, hay un metro aproximadamente, entre el suelo y el piso de la primera planta; es decir, hago cálculos para, de alguna manera, ubicar a quien no conoce el asunto y para que de esta forma puedan entender mejor la gravedad del tema. La creciente de estos ríos generó las inundaciones originadas principalmente en el Alto Baudó, convirtiendo a Pie de Pepé, al Medio Baudó, en receptor de las aguas embravecidas provenientes de aquel municipio.

Las redes sociales mostraron a un comerciante sentado con su mano derecha abierta sobre su mejilla, mientras las aguas hacían lo suyo en su tienda de abarrotes; es una imagen de absoluta tristeza e impotencia, frente al embate de la naturaleza representada en la incontenible fuerza de las aguas.

Esta es una oportunidad para clamar al gobierno nacional, al departamental y desde luego al local, para que adelanten las labores a efectos de realizar las obras requeridas para, de alguna manera, neutralizar, evitar o mitigar situaciones como las padecidas por sus habitantes, representados en comunidades negras e indígenas, todas ellas necesitadas de todo.

Esta situación se convierte en la gota que desbordó los límites de la copa, pero ya se venían presentando informes serios, con el concurso de la Iglesia, con los cuales se denunciaban gravísimas situaciones en la región del Baudó, no solo por las carencias de lo más básico, sino además, por el desplazamiento forzado de sus gentes producto de los enfrentamientos entre bandas organizadas; que sea esta la oportunidad para reiniciar con la realización de las obras requeridas en la zona del Baudó, ojalá con el concurso activo de sus hijos con mayor posibilidad para ayudar.

Duele ver a esos, nuestros paisanos, con el agua al cuello, y eso, sin tener información precisa en relación con lo acontecido en la zona rural de estos entes; pero no me cabe la más mínima duda, respecto de que están requiriendo de todo.

Lo anterior hace imperante la presencia de la Unidad Nacional del Riesgo en la zona, con algo, mucho más que unos simples mercados, de pronto mojados o en descomposición, precisamente como consecuencia de las graves inundaciones mencionadas; también se requiere la presencia de las ONGs y demás organizaciones que merodean por allá, pero con ayudas contantes y sonantes, no más estadísticas y estudios.

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