Conéctate con nosotros

Destacadas

Punto aparte.

La cadencia de la tambora, por Carlos M. Castillo Ayala. Terminadas las fiestas de nuestro Patrono, siempre se escuchan voces de inconformidad, que esto, que aquello, que es necesario esto, que lo otro, bla, bla y bla; los lamentos no pasan de ahí, pura votadera de corriente y no pasa nada, al año siguiente, asistimos […]

Published

on

Carlos M. Castillo Ayala.

La cadencia de la tambora, por Carlos M. Castillo Ayala.

Terminadas las fiestas de nuestro Patrono, siempre se escuchan voces de inconformidad, que esto, que aquello, que es necesario esto, que lo otro, bla, bla y bla; los lamentos no pasan de ahí, pura votadera de corriente y no pasa nada, al año siguiente, asistimos al mismo desorden, la misma improvisación, los mismos temas de seguridad no planeados. Por lo anterior, deliberadamente quise dejar que pasara un tiempo para escribir este artículo.

El recuerdo más lejano que tengo de nuestras fiestas patronales, se remonta a principios de los 70, cuando de la mano de mis padres, íbamos al Pandeyuca, a disfrutar de las verbenas donde mis tías y abuela; mi recuerdo sonoro es precisamente con la banda de San Francisco; era tan tranquilo y silencioso el Quibdó de esa época que en nuestra casa de Cristo Rey, escuchábamos cuando las procesiones nocturnas salían desde la yesca Grande y paulatinamente se iba incrementando el sonido y se hacían completamente audibles y entendibles las deliciosas melodías que interpretaba nuestra gloriosa banda, dirigida por el gran maestro Pedro Serna; por aquella época todas las fiestas familiares eran amenizadas por la banda que armaba el virtuoso del Jazz palo, Carlos Borromeo; más adelante ya en mi juventud, disfrute de la chirimía tradicional, el maestro Panadero y el recordado Danielito, eran mis cómplices en las serenatas que solía darle a la mujer que amo y que hoy es mi esposa, a tiempos aquellos, que bellos recuerdos, es por esto que la chirimía es parte de mi vida, pero la CHIRIMIA de buen sonido, con equilibrio sonoro, es decir 2 vientos 3 instrumentos de percusión, incluida la tambora como chirimía básica, cuando el formato se vuelve grande, es decir, más de 10 músicos, ahí si se hace necesario el bombo, que sirve como segundo bajo, además del bombardino: La Chirimía es uno de los elementos que están en el plan de salvaguarda de nuestras fiestas, pero la estamos matando; hemos permitido que afloren unas ¨chiriruidos¨, que incluso con un solo instrumento de viento se acompañan de un bombo y ahí fue Troya, se perdió la cadencia rítmica de la tambora sus acompasados cortes y bellos sonidos fueron remplazados por un estridente sonido y el rebulú de antaño le dio paso al bunde, no digo que sea malo, digo que no es lo autóctono de nuestra cultura musical y que si bien puede tener su espacio, sobre todo en los jóvenes, no es lo autóctono y no es el elemento vital que la fundación se comprometió a Salvaguardar. Quienes tenemos algunos añitos de vida (no muchos, tampoco soy tan añejo, mal pensados), como añoramos y disfrutamos una buena chirimía, esto es lo que nuestras fiestas deben representar.

Con respecto a la administración y dirección de las fiestas, desde hace muchos años he tratado de aportar ideas para su mercadeo y mejor funcionamiento, con este fin me he reunido en varias ocasiones con sus directivos, pero ninguna de mis asesorías se ha puesto en práctica; es muy cuestionada la actual junta directiva, principalmente su presidente, pero cada nueva elección resulta elegido, con métodos cuestionados por algunos; al respecto y sin entrar en disquisiciones de quien tiene la razón, considero que en gerencia los tiempos se cumplen y a la actual junta ya se le cumplió, no es para sacar a sombrerazos a los actuales dirigentes, pienso que a Ramón Cuesta, hay mucho que agradecerle, pero él debe entender que las fiestas necesitan ser remozadas y oxigenadas, y esto solo se logra con mentes frescas, estas son algunas de mis sugerencias:

  1. Revisar los estatutos y quitarle los sesgos que contiene, especialmente aquel que no permite que un chocoano nacido fuera de Quibdó pueda ser presidente, ponerle un tiempo máximo a la presidencia, pienso que 2 periodos de 2 años es suficiente para hacer una buena gestión, máximo 6 años.
  2. Encargar a una firma del manejo comercial de las fiestas, con total autonomía para gestionar recursos, su pago debe ser un porcentaje de lo recaudado.
  3. Reglamentar el bunde, convertirlo en la comparsa comercial, para todas las empresas nacionales que deseen hacer mercadeo con degustaciones y muestras de su producto, previo pago de este derecho; esta comparsa comercial,  debe o salir antes del recorrido del barrio, o un tiempo después de la última comparsa.
  4. Que la banda salga en todas las comparsas, cerrando el desfile y finalizando con una retreta en el barrio, para los mayores, de tal forma que el espíritu san pachero, embriague estos corazones de felicidad.
  5. La junta debe encargarse estrictamente de la organización, planeando una apertura programada de las arterias, al paso del recorrido, para evitar el colapso vehicular.

Habría mucho más por proponer, pero no terminaría esta columna, creo necesario un gran dialogo para recoger esta y otras ideas, para relanzar nuestras fiestas, pues cayeron en una desesperante monotonía que no ha permitido su desarrollo, habrá voluntad, para hacerlo sin prevenciones?, he ahí el dilema.

PUNTO APARTE 1: Después de un descanso activo, como lo decimos en el deporte, retomo mis escritos, los cuales serán difundidos en el portal de El Baudoseño, en reciprocidad al apoyo brindado, a raíz de la censura de la cual fue objeto esta columna.P

De interes