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Paz y Derechos humanos

La reparación colectiva les devuelve los lugares de encuentro a comunidades indígenas del Darién colombiano.

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El tambo beneficia a 25 familias, que suman un total de 112 personas, que integran el resguardo Pescadito de la etnia embera dobida.

El sujeto de reparación colectiva resguardo indígena Pescadito, ubicado en Acandí (Chocó), culminó la construcción de un tambo comunitario, a través de la reparación colectiva, como parte de la recuperación de los espacios de fortalecimiento ancestral donde sus tradiciones y prácticas son recuperadas.

Mediante la implementación de esta medida, concertada en el Plan de Reparación Colectiva, este resguardo indígena culminó la construcción del tambo comunitario que aporta a la recuperación de sus costumbres y tradiciones.

Ahora, el resguardo cuenta con un amplio espacio, diseñado de acuerdo con sus necesidades y tradiciones y construido mediante la utilización de materiales nativos, como la madera, y la activa participación de los integrantes de la comunidad.

Al respecto, el gobernador del resguardo Pescadito, Jorge Chamarra, afirmó que “estamos agradecidos con la Unidad por la reparación colectiva, estamos contentos con la construcción del tambo, fue un trabajo de los miembros del resguardo y las personas de la comunidad, quienes están contentos porque quedó muy bonito y por las actividades culturales que vamos a poder hacer en ese lugar”.

El tambo beneficia a 25 familias, que suman un total de 112 personas, que integran el resguardo.

Este sujeto de reparación colectiva étnico está localizado en la región del Darién colombiano en la zona sur sobre la ribera del río Tolo y pertenece a la etnia embera dobida.

“Este tambo es producto del esfuerzo de este colectivo y del acompañamiento permanente que se viene realizando desde la institucionalidad a pesar de las restricciones ocasionadas por la pandemia; el reto es lograr el cumplimiento de las demás medidas de restitución, satisfacción y reparación contempladas en el Plan de Reparación Colectiva”, manifestó Elizabeth Granada Ríos, directora de la Unidad para las Víctimas territorial Urabá-Darién.

Con este tambo de Pescadito, ya suman tres tambos construidos en los diferentes colectivos étnicos como el resguardo Cuti, y el tambo en el colectivo resguardo Tanela, ambos ubicados en el municipio de Unguía (Chocó), todos estos, mediante un proceso de reparación colectiva que le apuesta a la restauración de estos lugares de encuentro y conexión ancestral.

La comunidad aportó la mano de obra para la construcción y además fueron, por su propia iniciativa, los operadores logísticos en la venta de la madera utilizada para la construcción del tambo, apoyando así la economía local y fortaleciendo los liderazgos, y la organización política de las autoridades del resguardo.

Mediante la entrega de los materiales, entre estos la madera y la mano de obra calificada, necesarios para su construcción representados en más de $30 millones, se fomenta la revitalización de las prácticas culturales y de las políticas propias del pueblo embera.

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