Los chocoanos somos más que una Nmax o una camioneta de alta gama.

Opinión || La degradación del nuevo  pueblo negro del Chocó especialmente, y la pobreza de sus territorios, radica, esencialmente, en  que nuestra gente, siente una envidia insana hacia sus paisanos producto del dolor y el sufrimiento que han padecido al ver que unos tienen mucho y la mayoría tienen poco, quieren siempre tener lo que el otro para sentir que encajan en una sociedad cada día más materialista y degradada;  el que ha conseguido algo, rara vez  ama al que no tiene nada, porque así lo inculcaron los esclavistas a los negros que ponían a vigilar a los demás para que no hicieran nada que fuera en contra de sus amos, incluso, comer sin permiso era un delito castigable.

 Estamos más pendientes de qué consigue el otro para competir con él o para desearle el mal, o para levantarle calumnias. En parte, es por eso, que los pueblos gobernados por nuestra propia gente no avanzan, porque están pensando primero en cómo se arreglan el bolsillo para tener lo que, según ellos, siempre les han negado. Sin embargo, con lo que se logran raspar de las instituciones Chocoanas, se van a invertir en Medellín, Pereira, el Caribe o en el exterior, mientras sus pueblos van cayendo en un estado de agonía indeseable.

La humanidad que basa sus riquezas en lo material y no en lo humano, es decir, que no mira a su prójimo como a un igual que se puede desarrollar invirtiendo en él; no puede estar a la altura de los grandes cambios sociales y lo que siempre va a tener es miseria, violencia y despotismo de unos hacia otros, los que se creen ricos en un pueblo pobre y los que quieren quitarle a ese que se cree rico de cualquier manera, es decir, haciendo uso de la violencia.

En este tiempo tan importante, en el que se avecinan las elecciones de autoridades regionales; encontramos mucha gente cuestionada aspirando a las alcaldías y gobernación del Chocó.  Tenemos a un candidato que impulsó el Arroz Baudó, pero luego nos dimos cuenta que ni las semillas se las entregó a las comunidades; tenemos otro candidato a la alcaldía de Quibdó que estuvo encargado tres días de  la gobernación y fue suficiente para que se perdieran miles de millones (acabó con esto); tenemos otro que fue funcionario de la educación en el Chocó,  y construyó una mansión sin ser millonario; tenemos otros que han sido alcaldes y ahora se perfilan como gobernadores y gobernadoras cuando han sabido saquear a sus pueblos.

Estas gentes se venden como líderes de   ideas nuevas, pero son reencauches. por ahí anda una publicidad que dice que Quibdó quiere más, pero por la cercanía de este precandidato con la administración actual, debe ser más ineptitud y sangre. No es posible que sigamos llevando gente al poder para que siga acomodando a los amigos como aquel secretario de educación que construye un castillo en menos de 3 años de estar en el cargo. Lo más triste, es que empobrecen al pueblo y después lo miran con asco, como poca cosa porque andan en NMAX o Camionetas Gama Alta; Solo en tiempos de elecciones reparten abrazos, besos y refrigerios, tiempos después, ya la gente vuelve a oler feo.

 Bien pudimos ver esas ráfagas de deseos de feliz día a la mujer que publicaron los supuestos líderes de Chocó el 8 de marzo de 2023, los mismo que hace más de 3 años no se sabía si estaban vivos o el COVID-19 había apagado sus bondades.

Tenemos líderes muy buenos en el Chocó,  con cualidades excepcionales, con ganas de hacer cosas por su tierra, aman a su gente más allá de lo material, las besan, las abrazan, les demuestran su afecto antes y después, sin oportunismo, no puede ser que el pueblo siga insistiendo con los mismos viejos liderazgos, y para el colmo, los mismos partidos viciados, empiezan a meter a jóvenes como nueva sangre política, pero ya instruidos para seguir haciéndole daño al Chocó,  no es posible que la gente que vota, no pueda. Por una vez en su vida, dejar de recibir esos 50 o 100 mil pesos que le ofrecen para comprarles el voto y hacerlo a conciencia por un líder auténtico que le duela realmente el Chocó y su gente y que no vaya con la idea de llenarse solo con sus amigos para luego salir a aparentar crecimiento económico con luchas inexistentes, que solo lo ponen a lucir con elegancia encima de una NMAX o una Camioneta de alto valor. Ya es hora de una rebeldía popular porque el Chocó se lo merece.

Se preguntarán ¿Qué tiene que ver lo primero que escribí con lo último? Nada y todo.